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domingo, 6 de diciembre de 2009

EL ESTUDIO«FUENTE DEL VERDADERO AMOR»





El ESTUDIO ES FUENTE DE ESPERANZA ,FE Y CARIDAD Y ADEMÁS...
CONOCIMIENTO SE SÍ MISMO Y DE DIOS .

Pertenezco a la Orden de predicadores y tenemos como constitutivo de nuestro carisma«El estudio», estudio de la Biblia y de otras disciplinas que nos ayuden a encontrarnos con Cristo.Lo propio del estudio es la caridad, que debe de manifestarse en el trato diario con las hermanas con las cuales convivimos.
Toda comunidad cristiana debe per se, tener ese habito del estudio, ya que no se trata sólo de vivir cristianamente como muchas veces se dice, es más profundo el sentido de ser cristiano que el tan sólo llamarse por el nombre. Nos hacen falta obras que apoyen esa afirmación cuando decimos« ¡Sí, sí yo soy cristiano, es más soy católico!».
No es suficiente, sin estudio de las Verdades no podemos dar al mundo razón de nuestra fe y es que por desgracia no nos hemos educado como convenía y tampoco nos hemos preocupado de tener una formación integral.
Más de una vez, aquellos que dedican tiempo y esfuerzo en el estudio de las Verdades para conocer algo a nuestro Dios, es criticado, tachado de «Intelectual e incluso de ser un solitario».
Es verdad que el estudio nos exige con frecuencia estar solos y esforzarnos por comprender cosas abstractas. Pero es un servicio que ofrecen nuestros hermanos, el fruto de ese trabajo solitario consiste en construir comunidad y revelando los misterios de la Palabra de Dios, ser luz para otros para encontrarse con « EL AMADO». Realmente el estudio metódico, nos hace abrir el corazón a los otros y saber compartir los conocimientos, sentimientos y experiencias que el Señor nos puede regalar. Pero, para estudiar es necesario poseer un silencio interior humilde y amoroso para ir conociendo a Dios y conocerme a mi mismo.
Tenemos que tener confianza en el estudio, ya que es una herramienta muy necesaria para crecer en sabiduría y gracia. Las ciencias: literatura, poesía, filosofía, psicología, sociología, física, teología etc., son nuestras aliadas en la búsqueda de Dios.
Estudiar es una acción de reverencia, pues con ello caminamos hacia lo trascendente y ello comparta una sacralidad ante los libros que vamos a estudiar, meditar y que al final cuando descubramos todo su contenido, quedaremos tan sorprendidos que bendeciremos a Dios porque por medio de la sabiduría tradicional o no, hemos saboreado los frutos de nuestro esfuerzo por conocer algo de la Verdad de los misterios de Dios.
Con el estudio, nos aviva la esperanza, nos disciplina para saber escuchar, es una pasión arrebatadora que te lleva a saber amar en verdad.
Aprendemos a saber discutir con seriedad y respeto con los demás, a estimular la memoria; a ser creativos y que los demás también lo sean.
El estudio te hace ser abierto a las realidades de hoy, a combatir la parálisis mental y espiritual, a vivir los consejos evangélicos con más plenitud. A saber leer las cartas de Dios en la Biblia. A tener un espíritu libre, recta intención, a saber meditar y a orar con humildad de corazón. Nos ayuda a mantener la presencia de Dios. En fin, la lista es interminable, pero en definitiva«El estudio nos lleva a la caridad y la caridad a la santidad»
Les ánimo que estudien con entusiasmo como es de inefable nuestro Dios, mediten largamente las Sgras.Escrituras y sobre todo, vivan de ellas y comuníquenlo con cuantos se relacionen por la forma de un trato amable, sincero, propio del que sigue a Cristo.
Sor.Cecilia Codina Masachs O.P
«ESTOY A TU LADO»

2 comentarios:

  1. Después de leer su post, le comparto mi experiencia.
    Cuando medito la Palabra del día, mi espíritu comienza a orar solo…
    Mi meditación es guiada por el Espíritu Santo, me sorprende muchas veces por el modo en que me enseña a interpretar la Palabra.
    Comienzan a venir a mi mente las diferentes citas que se relacionan y las sabias palabras de los santos que he leído.
    Pero lo que más me fortalece y confirma en la fe es que esa meditación en la que me ha guiado el Espíritu de Dios, es la que debo aplicar en una situación cotidiana, días después.
    Eso me ha sucedido muchísimas veces. Pude dar la palabra justa, tomar la decisión correcta, dar el consejo que me pedían…
    Para mí, estudiar las sagradas escrituras es un encuentro diario con mi Señor. Lo hago al amanecer, cuando todos duermen y la luz de la vela que tengo prendida en el altar de mi hogar.
    Lo vivo como un ritual solemne en mi encuentro con el dueño de mi Alma, con mi Señor.

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  2. Benvolguda Ceci:

    ¿Qué mejor forma de dar razón a tu escrito que comprometerme también en tu blog a estudiar cuántas veces nos dice la Palabra de Dios "no temáis"?

    Serás la segunda en saberlo (si no lo has estudiado tu ya, claro)

    Un abrazo

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